domingo, 29 de agosto de 2010

DOLOR MENSTRUAL Y FISIOTERAPIA

-“Tengo un mal día, me ha venido la regla y ya no sé qué hacer con este dolor tan horrible”.
La dismenorrea o dolor menstrual, es una afección que sufre el 50% de las mujeres en edad fértil. Es un dolor localizado en la parte baja del abdomen que se inicia al comenzar la menstruación o un poco antes y que suele durar de 24 a 48 horas. Puede ir acompañado de otros síntomas como dolor de cabeza, nauseas, vómitos, dolor lumbar, irritabilidad. A veces es tan intenso que causa frecuentemente absentismo escolar y laboral.
La causante de este dolor es una hormona que se concentra en altos niveles durante las primeras 48 horas de la menstruación, y que provoca contracciones del útero y una disminución del riego sanguíneo de la zona desencadenado las citadas molestias.
Normalmente el tratamiento médico consiste en tomar antiinflamatorios o anticonceptivos orales, dependiendo de cada caso. Sin embargo, los fisioterapeutas tenemos herramientas mucho más naturales y eficaces para disminuir el dolor menstrual.
Podemos enseñar ejercicios muy adecuados, que ayudarán a aliviar la pesadez en la zona lumbo-pélvica como por ejemplo la báscula pélvica (movilizaciones de la columna lumbar y pelvis) y estiramientos lumbares.
La acupuntura y la electroterapia analgésica (TENS) son muy útiles para aliviar el dolor rápidamente. Lo ideal sería aplicar estos tratamientos de forma preventiva, aunque también se puede tratar una vez ya presente la dismenorrea.
La aplicación de los vendajes neuromusculares o kinesiotaping nos hace mejorar la inflamación en el bajo vientre. Los colocamos en la parte abdominal y también en la zona lumbar y es un método muy útil para disminuir el dolor con bastante rapidez.
Estas técnicas concretas, junto con otras más globales, conseguirán aliviar esta frecuente afección femenina.
Así que vamos a dejar de conformarnos con soportar este dolor cada 28 días. Acude a tu fisioterapeuta y te alegrarás.

FISIOTERAPIA EN LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

La semana pasada saltó la noticia del joven que había sido trasplantado de la cara completa, tras sufrir deformaciones en un accidente de tráfico. El equipo médico está muy contento por el resultado, aunque recalcaba que el paciente tenía que realizar muchas sesiones de rehabilitación. Este es un caso muy extremo en el que la fisioterapia actúa, pero hay afecciones mas frecuentes de la zona facial y de las mandíbulas que padecemos y requieren tratamiento de fisioterapia.
_”Me duele mucho en la zona de las mandíbulas, noto como un cansancio que no me deja masticar bien”.
La articulación de las mandíbulas es la única del cuerpo que no se puede relajar en ningún momento, y es una articulación que sufre, igual que el resto, problemas de desgaste como artrosis, inflamación, fracturas y otras alteraciones que requieren cirugía. Esta rodeada de musculatura que también se tensa, se contractura y duele y necesita ser tratada.
El bruxismo (rechinar los dientes involuntariamente), por ejemplo, es un problema que sufrimos muy a menudo y del que no somos conscientes porque sucede sobretodo mientras dormimos. Nos sorprendemos al preguntar a nuestros familiares y obtener un si por respuesta. Lo que notamos es una sensación de pesadez y cansancio en la boca, a veces también dolor. Este problema se puede solucionar con una férula de descarga que realiza el dentista y que nos la ponemos para dormir y con tratamiento de fisioterapia para aliviar la musculatura afectada mediante masaje descontracturante y estiramiento de la musculatura masticatoria, ejercicios de fortalecimiento de la musculatura que participa en la apertura de la boca y otras movilizaciones. También es muy útil la utilización de la acupuntura y de la electroterapia analgésica.
La fisioterapia puede ayudar a solucionar otros problemas orofaciales y mandibulares como el dolor, el bloqueo articular de la mandíbula, la luxación o subluxación de la misma (cuando el hueso “se sale de su sitio”), la rehabilitación tras fracturas o cirugías, artrosis, artritis, etc. En algunos de estos casos será imprescindible el trabajo en equipo con el odontólogo y el cirujano máxilofacial para obtener los mejores resultados.

PILATES FISIOTERÁPEUTICO

El método Pilates esta de moda. Todo el mundo practica Pilates o quiere hacerlo.
El creador de este método, JOSEPH PILATES (1880-1967) fue un niño enfermizo, quien, influido por una madre naturista amante de la medicina oriental y por su padre, un boxeador amante del deporte), se interesó desde niño por el ejercicio físico, convirtiéndose en un gran atleta. Pasó por un campo de concentración y también trabajó en un circo, en ambos sitios comenzó a compartir su forma de practicar deporte con sus compañeros y en nueva York, tras conocer a su mujer, Clara, montaron juntos un estudio en el que sus primeros clientes fueron artistas y bailarines. Definía a su método Contrology como la coordinación completa entre cuerpo, mente y espíritu.
El Pilates que actualmente se practica, se aleja mucho del original, sobretodo porque estaba enfocado a personas deportistas con unas condiciones físicas muy buenas, realizando un trabajo corporal muy intenso con alto riesgo de provocar lesiones en personas no adaptadas o enfermas.
El Pilates fisioterapéutico es una variedad que, basada en los principios del método original, modifica los ejercicios para adaptarlos a las personas que lo practican, normalmente, personas con algún tipo de problema de salud.
A través de la realización de ejercicios en el suelo, con accesorios (balones, aros, cintas elásticas, etc.), o con las máquinas (Cadillac, Reformer, Barril, etc.) intentamos conseguir un control postural y dinámico del cuerpo. Para ello, se realizan determinados movimientos controlando la respiración, la alineación de la columna, la contracción de la musculatura abdominal y del suelo pélvico. Es un método complicado, que requiere de mucha práctica y concentración, pero que sin duda aporta unos grandes beneficios, tanto de manera preventiva como terapéutica.
El fisioterapeuta formado en Pilates decidirá la mejor forma de que el paciente practique el método, bien como complemento del tratamiento de fisioterapia tradicional o como terapia única.

FISIOTERAPIA MUSICAL

Hace unos meses asistí a un concierto de la OJA (Orquesta Joven de Andalucía). Fue maravilloso contemplar a varias docenas de músicos muy jóvenes, entre 14 y 28 años máximo, haciendo sonar sus instrumentos y regalando a nuestros oídos esas notas llenas de arte. Además del espectáculo musical en si, a mi me maravilló ver la forma en que los músicos se movían, la rapidez en los movimientos, las posturas y gestos para realizar su trabajo.
Todo esto me llevó a pensar que los músicos son también profesionales que a menudo necesitan acudir al fisioterapeuta para prevenir o tratar sus lesiones. De hecho el 75% de ellos tienen a lo largo de su vida profesional alguna lesión músculo esquelética como consecuencia de su trabajo. Las causas mas frecuentes de estas lesiones son los movimientos repetitivos, el estrés, la mala técnica o la actividad excesiva.
Durante sus años de estudio es muy importante que aprendan bien la técnica, que no es más (ni menos) que la correcta ejecución de movimientos y posturas para tocar el instrumento musical. Tenemos que tener en cuenta que un músico puede pasar al menos 4 horas diarias practicando, y cada nota que salga precisa de cientos de movimientos musculares de mayor o menor precisión. Es por este motivo por el que se requiere una técnica perfecta para evitar que el mas importante de los instrumentos (nuestro propio cuerpo) sufra daños que causen dolor o impidan a la larga continuar trabajando.
Además de una buena técnica es imprescindible, como en el deporte, un buen calentamiento, ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de espalda, cuello, brazos, antebrazos, manos y dedos.
Es recomendable la realización de algún tipo de actividad física para contrarrestar los efectos de pasar muchas horas ejercitando solo ciertos músculos, normalmente sentados y repitiendo una y otra vez los mismos gestos.
El músico tiene que estar alerta, escuchar qué le dice su cuerpo y al mínimo aviso o sensación dolorosa deberá revisarse para saber que es lo que esta haciendo incorrectamente.
Si a pesar de seguir todas estas instrucciones aparecen las lesiones, es cuando los profesionales médicos entraremos en acción.

FISIOTERAPIA EN EQUIPO

Este verano he estado un par de semanas trabajando en una residencia de personas mayores, sustituyendo a una compañera, y he podido recordar lo bonito y gratificante que es el trabajo en una institución de este tipo.
Además del trabajo como fisioterapeuta en si, resulta muy interesante el trabajo multidisciplinar que se desarrolla. Esto es, la unión de los diferentes profesionales para conseguir objetivos comunes, que van desde la adaptación al centro cuando la persona ingresa, hasta la mejora y el mantenimiento de la salud física, psíquica y social de los usuarios.
El equipo está formado por médicos, psicólogos, personal de enfermería, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, monitores de ocio y auxiliares de clínica.
Cada uno de estos profesionales aporta sus conocimientos para planificar los objetivos a cumplir en los distintos casos. Lo primero es realizar una valoración clínica para detectar las posibles necesidades que tenga el usuario y a partir de ahí, establecer los objetivos a cumplir en las diferente áreas y la forma de llevarlos a cabo. Periódicamente se realizan puestas en común para evaluar los resultados obtenidos y modificar lo que sea necesario.
Dentro de este trabajo multidisciplinar, la fisioterapia tiene una función preventiva y otra terapéutica.
Con la fisioterapia preventiva, se evitan las consecuencias del sedentarismo o la inmovilidad y se realiza a través de programas de revitalización y ejercicio físico. Se pone en práctica en talleres de movilidad o gerontogimnasia, psicomotricidad, paseos, talasoterapia e hidroterapia.
En la fisioterapia terapéutica los tratamientos son normalmente individualizados, se tratan las afecciones agudas que se presentan y las patologías crónicas que sufren nuestros mayores. En general son tratamientos para aliviar el dolor de las afecciones reumáticas, recuperar la movilidad articular perdida, mejorar la marcha, el equilibrio y la coordinación, así como el tratamiento de las secuelas de las enfermedades cardiovasculares.