martes, 18 de mayo de 2010

FRACTURAS Y SUS COMPLICACIONES

-“Y ahora, después del mes y medio de inmovilización, me queda lo peor, la rehabilitación…”
Muchos pacientes llegan con cara de susto a su primera sesión de rehabilitación. Vienen preocupados porque les han dicho lo dolorosa que resulta la fisioterapia y tienen que pasar varias sesiones para que se les olvide. Es posible que esta “mala fama” que tenemos sea debido a que a veces, aparecen complicaciones médicas que dificultan el proceso de curación.
Las complicaciones mas frecuentes son el dolor, el edema, la rigidez articular, la atrofia muscular, la pseudoartrosis, el síndrome de Sudeck y la osteoporosis. De esta lista merece la pena explicar un poco dos:
La pseudoartrosis consiste en que los huesos fracturados no llegan a unirse, no se forma el callo de fractura y se crea una articulación “falsa”. Se produce cuando hay una gran perdida de sustancia ósea, cuando los fragmentos de la fracturas se desplazan mucho, cuando se moviliza indebidamente el callo de fractura o cuando entre los fragmentos óseos se interpone algún tejido blando (músculo, tendón) que impide que se unan correctamente. Esta complicación es frecuente en el tercio inferior de la tibia, en el hueso escafoides de la mano o en un extremo del 5º metatarsiano, uno de los huesos del pie. El tratamiento mas adecuado para este problema es la magnetoterapia, por su capacidad de regenerar los tejidos o la cirugía en los casos mas graves.
El Síndrome de Sudeck afecta a todos los tejidos de la zona, piel, músculo, hueso y vasos sanguíneos, por una alteración en el Sistema Nervioso Simpático, que es el encargado de estimular a la musculatura de los vasos sanguíneos. Suele darse más en personas entre 40 y 60 años y aunque el pronóstico es bueno, el tratamiento es largo y costoso. Se da con más frecuencia si la fractura se produce en el tercio del hueso mas alejado del tronco, cuando hay inmovilizaciones prolongadas, otras enfermedades existentes (diabetes), infecciones, por el uso de determinados medicamentos o durante el embarazo. Se presenta con dolor, sudoración de la zona, enrojecimiento, piel brillante, edema e impotencia funcional y va evolucionando hasta que el dolor y el edema disminuyen, la piel palidece y aparecen atrofia muscular, de la piel y rigidez articular. En la última fase desaparece el dolor normalizándose la circulación y recuperando la funcionalidad. En cada fase de este síndrome actuaremos tratando estos síntomas utilizando diferentes tipos de electroterapia, baños de contraste, masajes circulatorios, férulas y movilizaciones.

domingo, 9 de mayo de 2010

FISIOTERAPIA EN FRACTURAS

En estos días está haciendo rehabilitación en mi clínica un paciente con una fractura de radio. Esta persona sufrió un accidente de trafico, iba de copiloto y al impacto saltaron los airbags del vehiculo, golpeándole en las manos, provocándole la fractura en el antebrazo izquierdo. En la práctica diaria de mi profesión, la rehabilitación de las fracturas ocupa buena parte del volumen de trabajo. Recuerdo numerosas clases durante la carrera hablando de los tipos de fracturas, según forma, mecanismos de producción o la localización de cada una de ellas y el tratamiento apropiado, así como mis primeros pacientes reales, vistos en los hospitales universitarios, en los gimnasios llenos de pacientes de traumatología.
En el tratamiento de las fracturas se sigue la “regla de las tres R”: Reducción, Retención y Recuperación funcional. En la reducción se busca alinear lo máximo los huesos dañados (manualmente o a través de la cirugía), en la retención se inmoviliza la zona afectada a través de escayolas en la mayoría de los casos, y es en la recuperación funcional donde la fisioterapia tiene todo que decir.
El tratamiento debe ser lo mas precoz posible para evitar adherencias y atrofias musculares. Estos serán los objetivos en la fase previa a la consolidación total del callo de fractura, en la que realizaremos movimientos suaves en las articulaciones vecinas al hueso fracturado favoreciendo la circulación y manteniendo la elasticidad de la musculatura. En la fase post-consolidación, trataremos las rigideces formadas por la inmovilización, los trastornos circulatorios (hinchazón) y la atrofia muscular (perdida de fuerza de la musculatura). Para todo esto utilizaremos electroterapia, masaje, movilizaciones activas y pasivas, así como ejercicios de coordinación y equilibrio, siempre de forma gradual para que progresivamente el miembro afectado recupere sus funciones normales. Es muy beneficioso añadir terapia ocupacional para restablecer al máximo las funciones perdidas y el paciente se incorpore a sus obligaciones en plena forma.