lunes, 19 de octubre de 2009

FISIOTERAPIA Y ALZHEIMER

Hace unos años, tuve un periodo en el que me entusiasmaba el cine argentino, estaba especialmente encantada con un actor, Ricardo Darín, y dos de sus películas han quedado en mi recuerdo como dos de las mejores películas de mi vida. La primera, “Nueve Reinas”, sobre timadores de poca monta y la segunda, “El hijo de la novia”, la historia de un hombre cuya madre padece Alzheimer. Me pareció una forma realmente bella de retratar esta enfermedad tan cruel con los que la padecen y las personas que están a su alrededor (en el cine, el día que la vi por primera vez, todos pasábamos de la risa al llanto entre escena y escena).
El Alzheimer es una demencia, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central, de la que no se saben muy bien las causas y que provoca un deterioro psíquico y físico progresivo, afectando a la memoria, a la orientación, al lenguaje y también poco a poco a las capacidades físicas. Las personas que la padecen van viendo afectadas sus actividades diarias y sus relaciones sociales.
En las primeras fases de la enfermedad, los pacientes suelen acudir a centros de día, donde además de la fisioterapia reciben otros tratamientos como terapia ocupacional y terapia psicológica. En la última fase de la enfermedad, la mayor parte de los pacientes están institucionalizados, debido a la imposibilidad de la familia de atenderlos por la complejidad de los cuidados.
El tratamiento de fisioterapia en los enfermos de Alzheimer va encaminado a conservar el mayor tiempo posible las capacidades y autonomía del paciente. Para ello, en las primeras fases, se realizaran toda clase de ejercicios para mantener la movilidad y la fuerza muscular en talleres de movilidad, (de pie o sentados) con juegos y bailes, paseos, subida y bajada de escaleras y rampas, aprovechando también para mantener orientado en el espacio y el tiempo al paciente así como para trabajar la capacidad de concentración y el lenguaje. Después podemos ir haciendo movilizaciones activas y pasivas de las articulaciones que estén mas afectadas. En las fases más avanzadas, es importante cuidar las posturas y realizar cambios posturales para evitar deformidades y ulceras por decúbito.

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