domingo, 7 de junio de 2009

Fisioterapia en recambios articulares

Cada mañana al coger el coche estoy muy atenta a ver qué nuevo ruido le escucho. Resulta que mi coche ya tiene algunos añitos y no es extraño que cada día puedan surgir nuevos achaques. Ya me dejó muy claro mi mecánico que con la edad, los coches necesitan reparaciones cada vez más a menudo y a veces hay que ponerles un repuesto nuevo para que sigan funcionando una temporadita más.
Algo parecido a esto es lo que sucede en nuestras articulaciones. Debido al paso de los años nuestros huesos sufren una serie de alteraciones, se desgastan y aparece lo que llamamos artrosis. Cuando la degeneración es importante surgen dolores e impotencia funcional. En muchos casos, la única solución es hacer un recambio articular, así los traumatólogos ponen prótesis en lugar de nuestros huesos.
Las más frecuentes son las prótesis de rodillas y caderas. Tras la operación, la fisioterapia es fundamental para reducir el proceso inflamatorio y el dolor y recuperar cuanto antes la funcionalidad de la articulación reparada. La evolución y el tiempo de rehabilitación dependerán de varios factores, el estado previo de la articulación y la capacidad de los tejidos para regenerarse. Pasados unos días tras la intervención, comenzaremos con movilizaciones suaves de las articulaciones y masaje, y aplicaremos frio para disminuir la inflamación y los hematomas. Continuaremos con el fortalecimiento de la musculatura de los miembros inferiores y cuando la prótesis esté bien anclada pasaremos a la puesta en carga (el tiempo varia según el tipo de prótesis y la evolución del paciente) así haremos ejercicios de pie en los que progresivamente aumentaremos el peso sobre el miembro intervenido. En las prótesis de cadera el proceso suele ser rápido, a la semana tras el recambio en muchos casos el paciente puede caminar sin problemas. En los recambios de rodilla el proceso es mas lento y la evolución muy variable. La rodilla es una articulación muy compleja y son frecuentes rigideces y falta de movilidad. En estos casos la fisioterapia tendrá como objetivo recuperar al máximo el arco de flexo-extensión. A menudo es un proceso lento y bastante doloroso. Son necesarias ayudas para el apoyo (bastones y muletas), pero poco a poco el paciente irá adaptándose a la nueva articulación.

Electroterapia

A menudo los pacientes se sorprenden al ser tratados con diferentes aparatos durante las sesiones de fisioterapia y preguntan:” ¿y esto para qué sirve?”. Así que muchas veces he explicado los efectos de los diferentes aparatos de electroterapia (este es el nombre que recibe en medicina el uso de la corriente eléctrica para el diagnóstico y/o tratamiento de las patologías).
Me gustaría en este artículo explicar de forma breve los efectos de las “corrientes” más utilizadas, y antes informar de que ya en época del emperador romano Claudio (10 a. de J.C.- 35 d. J.C.) se utilizaban para el tratamiento de enfermos mentales.
Hay diferentes tipos de corrientes y según sus características provocan determinados efectos terapeúticos sobre el organismo.
Las corrientes Tens, Interferenciales o Diadinámicas son un grupo cuyos efectos principales son la analgesia en la zona, la excitación muscular y la estimulación de la circulación sanguínea. Así son muy útiles en patologías dolorosas de todo tipo, en atrofias o debilitamiento de la musculatura y en problemas circulatorios. También se utilizan en pruebas diagnósticas para examinar el funcionamiento neuromuscular (electromiografías).
A otro grupo importante pertenecen las corrientes de alta frecuencia, las más utilizadas son la onda corta y las microondas. El efecto principal de estas corrientes es la producción de calor en el interior del organismo favoreciendo la circulación, aumentando el metabolismo de las células y produciendo un efecto analgésico. Son muy eficaces en trastornos postraumáticos (esguinces, roturas musculares, fracturas, etc), en procesos inflamatorios como bursitis, y en trastornos circulatorios.
Por último os hablaré de los ultrasonidos. Producen una vibración en los tejidos, actuando como un masaje a nivel celular. Esta vibración también produce un efecto térmico, acumulando calor en los tejidos. Son muy útiles en el tratamiento de tendinitis, cicatrices y contracturas musculares, entre otras muchas indicaciones.